Los hábitos son patrones de comportamiento que se desarrollan a través de la repetición de acciones similares y que, en muchas ocasiones, se ejecutan de manera automática sin pensar en ellas.
Aristóteles afirmaba que «somos lo que hacemos día a día» y que la excelencia no es un acto, sino un hábito. Es por eso que la adopción de hábitos efectivos es clave para lograr nuestros objetivos y metas.
Sin embargo, algunos hábitos pueden ser perjudiciales para nosotros y limitarnos en lugar de ayudarnos a crecer. Por lo tanto, si queremos mejorar en algún aspecto de nuestra vida, es importante cambiar nuestros hábitos por otros más positivos y efectivos.
Cambiar hábitos puede resultar difícil, pero es posible. Para ello, es necesario ser conscientes de nuestros patrones de comportamiento actuales y definir qué hábitos queremos adoptar en su lugar. Además, es importante establecer un plan de acción y ser constantes en nuestra práctica para lograr la mejora que buscamos en nuestra vida.
Entendiendo los hábitos ¿Cómo se forman y qué tipos hay?
Muchos de estos hábitos se forman en las primeras etapas de la vida, y si nunca los cuestionamos, ya sea que sean buenos o malos, se fortalecerán y nos costará aún más cambiarlos en caso de que sean perjudiciales para nosotros.
Ahora te explicaré cómo se produce un hábito ante un estímulo que recibimos del exterior, que puede ser auditivo (sonido), visual (una luz…), cinestésico (tacto, olor, sabor, emoción). Primero, se produce un pensamiento, el cual nos lleva a una emoción o a un determinado estado emocional (miedo, tristeza, sorpresa, alegría, asco…), y este estado emocional nos lleva a tener una respuesta, es decir, nos lleva a realizar una determinada acción.
Si este estímulo se repite en el tiempo y nos lleva a un mismo comportamiento o acción, estaremos creando un hábito, que no es más que la repetición de una acción determinada de forma automática, de forma mecánica y que la hemos repetido tanto que se queda grabada en nosotros, no necesitando que le prestemos atención o esfuerzo para llevarla a cabo.
Tipos de hábitos que existen y son más comunes en los humanos
Existen diversos tipos de hábitos, y dependiendo del autor se pueden proponer unos u otros. Algunos ejemplos son:
Hábitos físicos.
Estos implican el cuerpo y la salud, como hacer ejercicio, cepillarse los dientes, ducharse, vestirse adecuadamente, comer de manera saludable…
Hábitos sociales.
Son aquellos que involucran la interacción con los demás, como visitar a alguien enfermo, felicitar a alguien por su santo o cumpleaños, saludar y despedirse en el trabajo…
Hábitos afectivos.
Se relacionan con el afecto y la manera de expresarlo, como dar un beso de buenas noches, decir «te quiero», dar un abrazo…
Hábitos mentales.
Estos solo implican la mente, como practicar la meditación, tener una determinada forma de pensar y actuar al resolver un problema o realizar una tarea…
Hábitos morales.
Estos son aquellos que nos llevan a comportarnos bien o mal, como ser respetuosos con el tiempo de los demás, cuidar a los ancianos, ser leales y honestos, y cumplir y respetar las leyes…
Hábitos de higiene.
Son aquellos que nos permiten vivir con buena salud y calidad de vida, como lavarnos las manos antes de comer, bañarnos, cepillarnos los dientes…
¿Cómo cambiar los hábitos que no nos hacen bien?
Para cambiar los hábitos que son perjudiciales podremos hacerlo a través de las anclas que sustentan el hábito. Pero, ¿Qué es un ancla?
Un ancla es un estimulo, que puede ser visual, auditivo o cinestésico ( los cinco sentidos)que activan en nosotros una respuesta, un estado emocional como por ejemplo: Olores que nos traen recuerdos, palabras que nos llevan a sentir o nos traen ideas, imágenes que nos despiertan emociones, música que nos lleva a un momento de nuestra vida….
Las anclas pueden ser positivas o negativas tambien. Ahora bien si queremos cambiar un hábito por que no sea bueno para nosotros, lo haremos mediante un ancla que sea positiva.
Por lo tanto si queremos crear nuevos hábitos que sean más útiles a nuestros objetivos lo podremos lograr con las anclas .
En definitiva gran parte del mantenimiento y sustento del hábito es consecuencia de estas anclas que operan en gran medida de manera inconsciente .
“Solo lo que está en el consciente puede ser capaz de ser cambiado”.
Es decir lo que está en el inconsciente tiene la opción de controlarnos a nosotros ya que solo tenemos la opción de controlar lo que está en el consciente. La clave: llevar al consciente lo que está en el inconsciente.
Primero habrá que ser consciente para poder cambiar hábitos
Tomar consciencia de las anclas que sustentan el hábito y de que tipo son. ¿Cinestésicas?, ¿visuales?, ¿olfativas?, ¿auditivas? o ¿son una mezcla de todas?
Segundo tendremos que crear un nuevo hábito.
Que sostenga este cambio, mediante la repetición del acto, recordando que este nuevo hábito será un buen habito para nosotros.
Tercer lugar crear nuevas anclas
Que sustenten el nuevo hábito, que lo refuercen y que hagan, estas anclas, que la conducta, la acción se mantenga en el tiempo.
El proverbio dice: “ Siembra un pensamiento, cosecha una acción; siembra una acción, cosecha un hábito. Siembra un hábito, cosecha un carácter; siembra un carácter, cosecha un destino”.
Ejemplo práctico:
Viene a mi consulta un cliente que fuma poco y que quiere dejar de fumar esos pitillos que se fuma que no son más de 4 o 5 al día.
Primer paso :
según me cuenta solo le apetece fumarse un pitillos después del café porque ese momento para él supone una pausa en su quehacer diario y le relaja. así que cuantos más cafés se tome al día más fumará ese día .
En esta fase toma conciencia de que el ancla (estímulo ) que lo lleva a la necesidad emocional de fumarse un pitillo es el café por tanto este señor cuando respondía al ancla no era consciente de que inmediatamente se fumaba un pitillo, funcionaba pues con el piloto automático puesto, de esta manera sin ser consciente mantenía el problema.
Segundo paso:
Vamos a crear un nuevo hábito que será según él sustituir el pitillo después del café por un regaliz. De esta manera estamos creando un nuevo habito que hay que instalarlo según los pasos que comento más abajo en cómo crear un habito.
Tercer paso :
Voy a tomar regaliz en momentos que quiera relajarme y hacer un break en mi vida cotidiana, de esta manera haré que este nuevo hábito de tomar regaliz después del café sea sostenible .
Ahora que ya sabemos esto, ¿Cómo creamos un hábito?
Según Stephen R. Covey en su libro «Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva», para convertir algo en un hábito necesitamos tres elementos clave:
-Conocimiento:
¿Qué hacer? y ¿por qué hacerlo? En el caso del ejemplo, el cliente se da cuenta de que cada vez que se toma un café, fuma un cigarrillo. Por lo tanto, ¿qué hacer? Tomar regaliz en lugar de un cigarrillo. ¿Por qué? Porque no desea fumar un cigarrillo y quiere sustituirlo por regaliz.
-Capacidad:
¿Cómo hacerlo? En el ejemplo, la capacidad es sustituir el cigarrillo por el regaliz, llevando siempre consigo una caja de regaliz o juanolas y recordando que después de tomar un café viene el regaliz.
-Deseo:
La motivación, el querer hacerlo, el para qué lo hago. La motivación del cliente era dejar de fumar para mejorar su salud. El para qué era lograr un bienestar físico y llevar una vida más saludable. Este es mi deseo, mi querer, aumentar mi bienestar físico.
Para crear un hábito, hay que trabajar en estas tres dimensiones. A veces, el proceso de cambio de hábitos es difícil, y el cambio debe estar motivado por un propósito superior. Es necesario establecer objetivos que incluyan pequeñas metas realistas y concretas, que si se consiguen, nos ayuden y motiven para finalmente alcanzar el objetivo.
Una de las causas por las cuales no se consigue un hábito es porque la persona tiene una baja tolerancia a la frustración y quiere que los objetivos y metas se logren de inmediato. La baja tolerancia a la frustración se refiere a querer que las cosas sucedan de inmediato, la falta de paciencia y persistencia, lo que hace que la persona no pueda mantener un hábito en el tiempo.